Trastorno Específico del Lenguaje

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¿Qué es el trastorno específico del lenguaje o TEL?

El TEL es una alteración de los mecanismos de adquisición del lenguaje desde sus inicios, que se prolonga durante la infancia y adolescencia, pudiendo incluso dejar secuelas en la edad adulta.

Según Mendoza (2016) el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) se caracteriza por dificultades en la adquisición y curso del desarrollo del lenguaje que no son causadas por ningún déficit conocido del tipo neurológico, sensorial, intelectual o emocional que puede afectar al desarrollo del vocabulario, sintaxis o las habilidades discursivas. Suelen comenzar a hablar más tarde, hacia los 3 o 4 años suelen tener un vocabulario muy limitado y construyen frases muy cortas.

La ASHA (American Speech-Language-Hearing Association, 1980) define TEL como un trastorno del lenguaje de anormal adquisición, comprensión o expresión del lenguaje hablado o escrito. El problema puede implicar a todos, uno o algunos de los componentes fonológico, morfológico, semántico o pragmático del sistema lingüístico.

No todos los niños lo presentan de la misma forma, ni tiene la misma afectación,  pero podemos encontrar varias características comunes:

  • Retraso en la adquisición del lenguaje. A veces se presentan las primeras palabras que después se pierden y a veces se pierden los sonidos.
  • Lenta adquisición del lenguaje. Cuando aparece se da con dificultades de inteligibilidad, inmadurez en las formas sintácticas, errores morfológicos importantes que se mantienen con el tiempo.
  • Si la comprensión se ve afectada, el cuadro conductual es más complejo.
  • Escaso léxico y presencia de conductas para compensarlo.
  • Con frecuencia, evolucionan a saltos. Hay veces que la afectación no parece muy severa, pero no hay que descuidarse, porque se puede dar un caso de riesgo posterior.
  • Progresión dependiente de gravedad, en general, perseveran a medio largo plazo problemas en habilidades narrativas: coherencia y cohesión del discurso, dificultades conversaciones y en algunos casos problemas de tipo social.

Los niños con TEL inician el lenguaje más tarde que la mayoría de niños. Pueden ser niños con tendencia a aislarse y que se relacionan poco debido a la falta de lenguaje.

Debido a ese aislamiento social es relativamente común la sospecha de un trastorno del espectro autista. Para descartarlo, la clave es ver la buena capacidad de los niños TEL para expresarse gestualmente, compartir intereses y desarrollar estrategias para hacerse entender.

Dificultades que pueden presentar los niños con TEL:

  • Limitación en la capacidad para adquirir y entender los contenidos del colegio.
  • Problemas posteriores de lectoescritura. Algunos estudios describen que entre el 40-70% de los niños con TEL tienen problemas de lectoescritura.
  • Aumento de la frecuencia de alteraciones de conducta y problemas emocionales.

Clasificación del TEL
Clasificación de Rapin y Allen, 1983, 1988 y revisados 1996.

TEL Expresivo o Trastornos de la vertiente expresiva

Dispraxia verbal:

o Incapacidad de fluencia
o Grave afectación de la articulación (organización articulatoria de los fonemas y de las palabras)
o Enunciados de 1 o 2 palabras, que no mejoran en su realización articulatoria con la repetición
o Con una comprensión normal o próxima.

Síndrome de déficit de programación fonológica:

o Cierta fluidez de producción, pero con articulación confusa,
o Notable mejoría de calidad articulatoria en tareas de repetición de elementos aislados
o Comprensión normal o casi normal.

TEL Expresivo-Receptivo o trastornos de comprensión y expresión.

Trastorno fonológico-sintáctico

o  Déficit mixto.
o  Fluidez verbal perturbada. Articulación alterada.
o Sintaxis: frases cortas, omisión de nexos y marcadores morfológicas, laboriosa formación secuencial de enunciados
o  Comprensión mejor que expresión.
o Variables de dificultades de comprensión: longitud del enunciado, complejidad estructural, ambigüedad semántica, contextualización del enunciado, rapidez de emisión.

Agnosia auditiva verbal:

o Sordera verbal. Fluidez verbal perturbada.
o Comprensión del lenguaje oral severamente afectada o ausente.
o Expresión ausente o limitada a palabras sueltas
o Articulación gravemente alterada.

TEL Complejo o trastornos del proceso central de tratamiento y de la formulación.

Trastorno léxico-sintáctico:

o Hablan fluente con disfluencias ocasionales por problemas de evocación. Articulación normal o con pequeñas dificultades.
o Jerga fluente,  lenguaje que sólo entiende él.
o Sintaxis perturbada: formulación compleja dificultosa, interrupciones, perífrasis (decir silla cuando quieren decir mesa) y reformulaciones, (intentos fallidos de decir frases)  orden secuencial dificultoso, utilización incorrecta de marcadores morfológicos (esa por esta, una por un, …), frecuencia de “muletillas“.
o Comprensión normal de palabras sueltas.
o Deficiente comprensión de enunciados y ordenes sobre todo si son complejas (busca la camisa en el cajón de arriba).

Trastorno semántico-pragmático

o Desarrollo inicial del lenguaje más o menos normal.
o Articulación normal o con ligeras dificultades.
o Habla fluente, a menudo hablan mucho (puede emitir frases aprendidas de memoria).
o Enunciados bien estructurados gramaticalmente.
o Grandes dificultades de comprensión (puede haber una comprensión literal y/o no responder más que a una o dos palabras del enunciado del interlocutor).
o Falta de adaptación del lenguaje al entorno interactivo (no entienden los chistes o las frases con doble sentido las cuales toman de manera literal), deficientes ajustes pragmáticos a la situación y/o al interlocutor, coherencia temática inestable, probable ecolalia o perseverancia.

Intervención logopédica

El logopeda diseña un plan terapéutico individual. Primero deberá trazar el perfil lingüístico que presenta el niño y su nivel de comunicación para enfocar el tratamiento en las deficiencias especificas que presente en cuanto a la comprensión y sus habilidades fonéticas, semánticas, morfosintácticas o pragmáticas. Así, por ejemplo, le enseña las estructuras gramaticales, aumenta la diversidad de su vocabulario y trabaja para alargar las conversaciones.

Además, analiza su entorno y procura que haya un ambiente favorable al desarrollo del lenguaje, aconsejando pautas de comunicación en el entorno familiar y escolar.

Las técnicas de aprendizaje del lenguaje son muy variadas, incluyen trabajar la comprensión mediante ejemplos e imitaciones y la repetición de estructuras gramaticales que después se deben practicar en el entorno natural del niño. Por eso, trabajar con lo más pequeños incluye enseñar también a los miembros de la familia a estimular el desarrollo del lenguaje, dando así continuidad en el hogar a las estrategias utilizadas en la terapia.

En cuanto a la intervención logopédica, no está condicionada al establecimiento previo de un diagnóstico diferencial definitivo. Basta con la presencia de un desfase significativo del desarrollo del lenguaje respecto al conjunto de aptitudes generales de un niño.

Hay tres criterios básicos que se utilizan para el diagnótico:

1- La evidencia de un deterioro significativo del lenguaje: gramática, léxico.

2- La discrepancia cognitiva: la diferencia mínima entre habilidades verbales y no verbales

3- Los criterios de exclusión: pretende diferenciar entre los niños cuya causa de los problemas de lenguaje es conocida (ej. síndromes genéticos o pérdidas auditivas)  de aquellos que es desconocida.

Algunos autores, como Elvira Mendoza, de la Universidad de Granada, señalan el problema sobre la aplicación de los test sin hacer referencia a cómo puntúan los niños en dicho test, ni al dominio lingüístico que se evalúa. También apunta a que estos test de lenguaje no capturan necesariamente los aspectos más importantes de la comunicación habitual.

Así que por el momento no están tan claros los criterios óptimos para diagnosticar el TEL.

Existen unas señales de alarma, que son suficientes para poder empezar una intervención y no perder así un tiempo valioso para que el niño consiga un aprendizaje más rápido y eficaz, cuando la «plasticidad» del cerebro es mayor. Estas señales pueden ser:

  • Ausencia de expresión verbal o expresión limitada a una docena de palabras, más allá de los 30 meses de edad mental.
  • Desfase entre el nivel mental y nivel de comprensión y/o expresión verbal de más de un tercio del primero.
  • Habla totalmente ininteligible para personas ajenas, más allá de los 36 meses
  • Enunciados agramaticales de más de 3 palabras.
  • Presencia frecuente de ecolalias y perseveraciones.

También es aconsejable una intervención logopédica intensiva, estable y continua, sobre todo en los primeros años. Conviene registrar los aspectos que presentan los mejores niveles de desarrollo para potenciarlos al máximo y ver cómo nos pueden servir de ayuda para la intervención.

Hacer partícipe de este trabajo a la familia, con su colaboración, sus hijos podrán mejorar, reduciendo la tendencia dirigista, creando situaciones comunicativas activas… y contar también, con el apoyo de la escuela, la cooperación del profesor para conseguir los objetivos es crucial, y cuenta con la ventaja de aprovechar el contacto con otros niños.

¡FELIZ DÍA INTERNACIONAL DEL TRASTORNO ESPECÍFICO DEL LENGUAJE!

 

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